Tuesday, January 15, 2008

Gael García Bernal una tarde de Hollywood

Ricardo Camarena

(La Opinión, 29 de enero de 2001)

Una reciente tarde de enero, el actor mexicano Gael García Bernal salió del cuarto de su hotel en La Ciénega y en el pasillo sonrió levemente a su agitada publirrelacionista, celular en mano.

Los representantes de algunos medios en compás de espera ni por enterados se dieron que ese desaliñado y menudo joven de melena britpop, que fue por agua a la mesa de servicio en la estancia, era nada menos que su entrevistado. Y “Octavio”, el personaje principal de una de las tres historias entrelazadas que forman la cinta Amores perros.

Por cierto, durante la espera, la ventana de ese recinto de hotel en el sexto piso ofrecía a la vista del exterior el cartel publicitario con una hermosa modelo: casi como analogía impensada con la segunda historia de la cinta, en la que un gran cartel con la modelo que encarna la actriz española Goya Toledo fulguraba ante la ventana del departamento que ella compartía con su amante.

Rato después, ya en su cuarto, Gael recibió al reportero con sonrisa tenue y voz tenues, y con una timidez asombrosa y contrastante con la de su personaje en la película, que es de una gran intensidad y temple.

Poco o nada que ver con el actor niño y adolescente de telenovelas como El abuelo y yo, a los 11 años, y Teresa, años después.

Ahora, a los 23 años de edad, García disfruta el reconocimiento de la crítica y de sus colegas. Acerca de su personaje dijo:

“Se construye por sí solo; está bien escrito. Para uno como actor nada más es cosa de meter ‘gol’. Porque mientras te ‘sucede’ el personaje, ensayas y ensayas y tratas de encontrar esta figura, para así poder adoptar este personaje que va a ser creado por ti”.

Los elementos que lo alimentan no pasaron desapercibidos para el actor, confesó:

“Me impresionó mucho verme en medio de una pelea de perros, porque se creó para todos los que allí participamos una atmósfera que bien refleja el mundo en que vivimos”.

Le fue preguntado cuáles fibras de su persona habían sido movidas por el personaje o por las acciones en la cinta, y dijo: “El hecho de que hay también un momento dentro de la trama en que el personaje se hace real. Hasta entonces hay un 50% de lo que es y otro 50% de lo que tú lo haces vivir”.

Acerca del posible shock del éxito que pudiera haber sufrido Gael tras las premiaciones y los reconocimientos de la crítica cinematográfica al primer largometraje en el que participó, dijo que no lo han afectado, y a cambio abogó por el tipo de cine de Amores perros: “Es maravilloso que ésta sea la primera película que ‘jala’, que hacemos, que haya sido de semejante magnitud su impacto cultural y comercial. Se me hace maravilloso que una película buena venda. Me da mucho orgullo el haber participado en esta película y también el ser partícipe de esta renovación, quizá el principio, de muchas cosas que en cine aún tenemos que contar”.

Actor de teatro, dijo finalmente que en El Abuelo y yo “me divertí como enano, pero sabía que era lo último que iba a hacer”.

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